Motivación...

Estoy en Cracovia y estoy empezando a cavilar sobre mi próximo destino. He echado los papeles para otra beca. Ésta es la carta de motivación para la beca, a lo mejor es algo arriesgada (según la mente obtusa que lea puede que caiga en gracia o no), pero quien no llora no mama y como el camel nunca hace las cosas como los demás... una carta de motivación no va a ser menos. Espero que sea de vuestro agrado y si no lo es. Ya sabéis donde os podeis ir ;)

Todo parecía en blanco y negro para ella, pero ella corría. Las casas y la gente eran en blanco y negro, pero ella corría con su abrigo rojo. Solo perseguía su sueño. No era algo inalcanzable, ni era algo que deslumbrara al mundo entero, ni algo impensable para toda persona humana. Pero ella solo era una niña y la felicidad es un sueño que cuesta conseguir.

Era solo una niña en un mundo en blanco y negro con su abrigo rojo cargado de ilusiones y con unas inmensas ganas de luchar por ellas, para conseguirlas. Las podría escribir en un papel, pero un papel con palabras se las lleva el viento. No las podía gritar a los cuatro vientos porque se perderían en el cielo. Y no podía contárselas a nadie porque en ese mundo a nadie le interesaba las ilusiones de una niña. Así que las guardaba en su bolsillo rojo para que nunca se le olvidaran.

Solo quería volar fuera, conocer a otras personas, conocer lugares distintos y enriquecerse de ellos. Madurar. Y el día de mañana convertirse en la clase de persona de la que ella misma estaría orgullosa y de la cual sus mayores estuvieran orgullosos. Ella siempre había querido viajar y conocer gentes diferentes con otras culturas y aprender a vivir donde quiera que fuera.

Pero ella también tenia sus propios sueños. Y quería dedicar parte de su vida a crear. Crear en cualquier parte del mundo una historia, con unos personajes y plasmarlos en imágenes. Poder transmitir esos sentimientos que tan en desuso estaban en ese mundo. Poder mostrar en fotogramas algo que pudiera llegar al interior de los sitios más inescrutables de otra personas.

Amaba el cine y amaba todo lo que rodeaba al séptimo arte. Y eso es algo que le daba fuerzas para ir hacia delante, y luchar por lo que quería y amaba. Le daba un soplo de aire fresco entre tanto frenesí. Le hacía poder volar fuera y conocer una historia a kilómetros de distancia. Pero ahora, ella era la que quería ir a cualquier parte del mundo para contar esa historia a los demás. No había ni miedo ni algo que se le pareciese. Solo había sueños e ilusión. La ilusión del cine y el sueño de ser feliz…

Carta hallada en un bolsillo del abrigo de una niña

fallecida en el bloque 10 de Auschwitz I a fecha de

26 de abril de 1943.

“Quien salva una vida salva al mundo entero”

(Schindler´s List)